Mi vida en una telenovela

Al recordar las telenovelas, sobre todo las de mi país, México, me viene a la mente las palabras de mi amigo Eric que decía: "La telenovela es la educación sentimental del mexicano" y sí, creo que todos, absolutamente todos, el que sea mexicano o se considera serlo (sea rico o pobre, licenciado o camionero, alto o chaparro, guapo o feo, etc.), ha visto una de principio a fin.

Ya sea la trilogía de las Marías con Thalía; la Gaviota echándose unos buenos tragos de tequila antes de ser Primera Dama; las aventuras en Carrusel; o los ojos lacrimosos de Verónica Castro por llorar y llorar; alguien habrá visto una y se acordará.

¡Incluso mi papá! Siendo un Investigador reconocido en la UNAM, con artículos publicados y coordinador de un Instituto de Investigación...llegaba a toda prisa después de dar clase o de alguna conferencia para ver la telenovela con Lucía Méndez (hace años de eso), para después, en los créditos técnicos o en comerciales decía la típica frase: "¡Bah! Esas son mentiras. Cómo las telenovelas atrofian el cerebro". No obstante, día con día tenía la misma rutina, del trabajo a la casa para ver qué pasó con la protagonista después del capítulo anterior.

Para no hacer el cuento más largo, el día que fue el episodio final de la telenovela, mi padre tenía que ir a la central de autobuses del norte de la Ciudad de México por mi primo que venía de Guadalajara para arreglar cosas de su título profesional. Esa vez, mi papá estaba furioso porque no llegaría a tiempo para ver el final. Cuando vio a mi primo bajar del camión con su maleta, le dijo: "¡Órale, vámonos!" Ni un cómo estás ni nada por el estilo, y mi pobre primo sólo le seguía sacado de onda y con su maleta a cuestas. Por fortuna, mi madre le grabó el final de "Tú o nadie".

En fin, al reflexionar sobre este tema, vienen preguntas triviales cómo: "¿De dónde sacan estas historias? ¿Qué se tomaron?". Para esto, la escritora Yolanda Vargas Dulché se inspiraba para escribir sus historias de anécdotas y vivencias de amigos y familiares (Como las de su esposo y de sus hijos). Por eso y mucho más, las telenovelas tiene algo de real dentro la ficción.

Ahora bien, la realidad supera por mucho la ficción y para prueba tenemos las noticias. Ó bien, escuchar las historias de los vecinos o de amigos cómo "Me casé porque él me ayudaría a sacar a mi hermano de los problemas económicos", "Mi hija me desprecia porque no soy lo que ella quería", "Mi marido me dejó" y muchas otras más.

Alguna vez, hemos deseado o por lo menos pensado que nuestra vida fuera como una telenovela con aventuras y al final de tanto sufrir, lograr el triunfo tanto monetario como encontrar el amor de tu vida.

Pero, ¿Por qué estoy escribiendo de las telenovelas? Pues verán, hace unos días, estaba platicando con Andrea (mi amiga y compañera de casa) de mi vida amorosa y de las cosas que me habían pasado en Barcelona desde que llegué (ésas serán otras entradas de mi blog).

Andrea me escuchaba atenta y a la vez emocionada de cada detalle y de cada palabra de mis relatos. Al terminar mis historias, me dijo: "Tía ¡Tu vida es como una telenovela!". Obviamente, yo me quedé un poco sorprendida por la comparación pero, al pensar un poco de todo lo vivido en menos de dos años (Desde que llegué a la casa de la colombiana Rosi; de mi obsesivo ex-novio Toni; del fraude que me cometieron; de mi búsqueda de mi amigo imaginario Piruleta; de mi arribo con Andrea y los perros; y otras cosas divertidas que serán escritas en breve) me di cuenta que sí...¡Estoy viviendo mi propia telenovela! (Lo peor es que no sé mis puntos de Audiencias :P)

¿En qué termina mi telenovela? pues a pesar que tiene todos los elementos desde un antagonista, problemas y adaptaciones de la Cenicienta, diré que todavía falta acabar mis estudios de maestría; que la villana pague por todas sus fechoría y que encuentra a mi "príncipe azul" jejejeje...En otras palabras, todavía la estoy escribiendo....Eso sí, cuando acabe voy a vender MI historia a Juan Osorio o algún productor y así evitar que sigan produciendo de historias refritas de Sudamérica.

Comentarios

Entradas populares